Artículo n° 1
Tai chi chuan, Qi gong y psicomotricidad infantil
Josnil Rojas, Septiembre 2016
(artículo escrito para Nei Dan Magazine, n° 546)
Entre la porción más joven de nuestra población venezolana gozan de gran popularidad las artes marciales de tipo externo, como el karate y el judo, gracias a la existencia de cantidades de escuela, algunas de las cuales se han posicionado dentro de centros educativos privados, quedando en un plano poco conocido las de tipo interno, tales como el Tai Chi y el Qi gong.
Aunque ambos tipos de artes marciales, externas e internas, tienen una repercusión importante en la psicomotricidad infantil y juvenil, el común de las personas considera que las de tipo interno son para ser practicadas solo por adultos, en especial por adultos mayores, ignorando los beneficios de estas prácticas entre los más pequeños.
Las artes marciales externas o duras se focalizan en desarrollar la fuerza desde afuera hacia adentro, los movimientos rápidos y precisos, mientras que las artes marciales internas o suaves enfatizan el trabajo interno: control de la respiración y de la mente, la resistencia y manejo del flujo de la energía (Chi).
Las artes marciales internas presentan un plus particular el cual ha permitido su consideración a la hora de atender diferentes tipos de alteraciones, a nivel físico, conductual y/o emocional de niños y jóvenes, lo cual repercute en el bienestar integral de éstos.
En el año 2015, investigadores del National Center for Health Statistics y del National Institutes of Health reportaron que en los Estados Unidos de América (EEUU), entre los años 2007 y 2012, se registró un incremento significativo en el uso del Yoga, el Tai Chi o el Qi gong por parte de niños y jóvenes menores de 18 años de edad. Las estadísticas revelaron que en el año 2012 más de 900 mil niños empleaban la meditación como terapia complementaria, y que de estos 760 mil, es decir, el 80%, practicaban la meditación como parte del Yoga, el Tai Chi o el Qi gong; siendo este tipo de meditación en movimiento más común entre los niños que la meditación sola.
En Suecia, año 2008, una maestra de primaria decidió desarrollar una intervención de tipo remedial para que sus 23 alumnos, entre los 7 y 9 años de edad, aprendieran a gestionar y reducir su estrés, y por lo tanto aumentar su bienestar. Para ello desarrolló un plan de práctica diaria de Qi gong durante cuatro meses.
A corto plazo se apreció que los niños lograron centrarse en los ejercicios de Qi gong durante aproximadamente un minuto. Gradualmente pudieron aumentar el tiempo hasta alcanzar un máximo de 15 minutos por cada hora de clase. El ausentismo escolar se redujo de manera importante en comparación con el grupo control, disminuyeron los conflictos entre los niños y desaparecieron las quejas de los niños por dolores de estómago y de cabeza. Los hábitos de sueño mejoraron. Algunos niños que sólo eran capaces de trabajar sin interrupciones por no más de cinco minutos pudieron, después de una sesión de Qi gong, triplicar sus tiempos de concentración.
Los efectos logrados mes a mes por esta práctica se resumen a continuación:
Mes 1: Los niños estaban curiosos y con ganas, sin embargo, varios perdieron la concentración, iban al baño, se apartaban y conversaban entre ellos, mientras que otros se arrastraban en el suelo. Se decidió comenzar con ejercicios cortos, maestra y alumnos, en conjunto, decidieron empezar con 1 minuto de Qi gong, 2 minutos al día siguiente y así sucesivamente.
La mayoría de los niños tuvieron dificultad con el equilibrio, para hallar diferentes partes del cuerpo, con la coordinación y la percepción espacial. También se observó dificulta en ellos para comprender la diferencia entre estar tenso y estar relajado. Las dificultades eran más notorias entre los alumnos más jóvenes con dificultades motoras debido a la edad y en aquellos niños que previamente ya evidenciaban dificultades en las habilidades motoras y en la concentración.
Mes 2: a finales del segundo mes alcanzaron los diez minutos por sesión. Los niños habían dejado de hacer caras y de reírse.
A los niños con dificultades de atención todavía les resultaba difícil mantener la concentración en los movimientos. Para remediar este problema, ellos podían intentar reposar en su espacio, colocando sus manos sobre el ombligo y cerrando los ojos. Esto funcionó y la tranquilidad comenzó a extenderse lentamente. Los niños también habían comenzado a solicitar sesiones de Qi gong y estaban dispuestos para que tuviera lugar todos los días.
En este segundo mes, llegaron a darse cuenta de la diferencia entre estar tenso y estar relajado. Aún presentaban dificultad en la consciencia de sí mismo y ni la coordinación ni la postura mostraron cambios.
Mes 3: los alumnos se mantenían completamente en silencio durante las sesiones, eran capaces de concentrarse en los movimientos, sus habilidades motoras habían mejorado considerablemente y podían cerrar sus ojos durante los ejercicios.
La calma que se logró en la sesiones de Qi gong se extendió al trabajo escolar ordinario. Las sesiones llegaron hasta aproximadamente 20 minutos por día.
Mes 4: los niños expresan que están contentos y orgullosos de saber Qi gong. Preguntan y quieren aprender más. Muchos niños usan el Qi gong de forma espontánea en el trabajo escolar, por ejemplo cuando no saben cómo resolver un problema de matemáticas. Conocen y usan ejercicios de afirmaciones positivas y de visualización. La duración de las sesiones es hasta 20 ó 30 minutos.
Las habilidades motoras de los niños mejoraron gradualmente mes a mes. Lograron progresos referidos a la conciencia de sí mismo, la dirección y las habilidades espaciales, la capacidad de cruzar la línea media del cuerpo, y la coordinación.
Gracias a los cambios en los patrones de postura y movimiento se redujeron las caídas, torceduras de tobillo y choques con los amiguitos durante el recreo. A través de la mejora de las funciones motoras, aumentó la confianza en sí mismo, así como la capacidad de participar en los juegos en igualdad de condiciones. Esta maestra logró un ambiente amigable y armónico entre los niños durante las clases, en los pasillos de la escuela y durante los momentos de juegos.
Los hallazgos reportados en este estudio revelan la consideración del Tai Chi y del Qi gong como terapias remediales válidas a ser aplicadas en niños y jóvenes. Es decir, los beneficios que se pueden obtener a través de la práctica de estas disciplinas van más allá de lo recreativo.
El Tai chi y el Qi gong, dentro de nuestro mundo occidental, figuran para los Médicos y Psicólogos como terapias complementarias o alternativas, no así para los Psicomotricistas, quienes las reconocen como técnicas corporales útiles para afectar positivamente el funcionamiento psicomotor de la persona.
La psicomotricidad es una función humana que integra la actividad motriz y la actividad psíquica. Se modifica en el individuo a lo largo de todo su ciclo de vida, pasando de una etapa de evolución o desarrollo, desde el nacimiento hasta la pubertad, a una etapa de involución, durante la vejez.
Esta función se desarrolla gracias a mecanismos internos y a factores externos, lo que en Medicina Tradicional China (MTC) se denomina “Cielo anterior” y “Cielo posterior”, respectivamente. Los primeros corresponden a procesos físicos madurativos que obedecen a leyes biológicas y a la herencia, mientras que los segundos comprenden un conjunto de elementos provenientes del ambiente, como son la alimentación, la estimulación, el aprendizaje y las condiciones de vida.
El fin último del desarrollo psicomotor es el control del cuerpo, y esto ocurre cuando se logra un adecuado esquema corporal y tono muscular, independencia motriz, lateralización, movimientos coordinados, control respiratorio, equilibrio, estructuración espacial y estructuración temporal. Todo lo cual puede alcanzarse mediante la práctica del Tai Chi y del Qi gong.
Diversos autores del área de la Psicomotridad (PSM) han señalado que el cuerpo “se descubre”, “se construye”, no está dado, y para esto es fundamental el movimiento. A través del movimiento y la acción corporal se desarrolla la persona en su conjunto, en sus aspectos afectivos, cognitivos y conductuales.
Por la actividad corporal la persona:
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Toma consciencia de su cuerpo llegando a identificar sus partes y sensaciones.
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Aprende a utilizar el cuerpo e inhibir movimientos innecesarios.
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Observa las consecuencias de sus acciones y partiendo de esta información las planifica y anticipa resultados.
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Desarrolla sus capacidades mentales de análisis, síntesis, simbolización, abstracción y generalización.
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Tanto en la MTC como en la PSM, el Ser Humano es concebido como una totalidad, una unidad psicosomática. Ambas disciplinas coinciden en que el control del cuerpo conlleva al conocimiento y comprensión del mundo, al incremento de la seguridad en sí mismo, a tener una mejor actitud ante los semejantes y el entorno en general. El mejor momento para comenzar a desarrollar estas capacidades es en la infancia; en palabras de Ferraro (2003: 25), “…los niños tienen una percepción innata de la energía y también se hallan más cerca de la naturaleza y de las energías cósmicas que les rodean.”
Bibliografía consultada
-Black, L., Clarke, T., Barnes, P., Stussman, B. and Nahin, R. (2015). Use of Complementary Health Approaches Among Children Aged 4–17 Years in the United States: National Health Interview Survey, 2007–2012. National health statistics reports; n° 78. Hyattsville, MD: National Center for Health Statistics.
-Brolin, G. (2008). Qigong in school. A study of the process in a primary school class that practiced Qigong exercises daily during a school term. Recuperado en: http://www.chineng.be/images/docs/Onderzoek%20Qigong%20in%20school.pdf, el 29-08-2016.
-Ferraro, D. (2000). Qigong para niños. España: Oniro.
Tai chi para gatos. La serpiente se arrastra
Artículo n° 2
TAIJI, QIGONG Y ESQUEMA CORPORAL
Josnil Rojas, Mayo 2017
(artículo escrito para Nei Dan Magazine, No. 574)
Como cualquier otra disciplina de tipo deportiva o de terapia psicofísica, la práctica del Taiji y del Qigong tiene efectos sobre la psicomotricidad de las personas, entendiéndose por psicomotricidad como “…una función del ser humano que sintetiza psiquismo y motricidad con el fin de permitir al individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que le rodea.” (De Liévre y Staes, 1992 c.p. Berruezo, 2008, p. 32).
Un proceso clave para la psicomotricidad es el desarrollo del esquema corporal porque éste actúa como una compuerta que hace posible el despliegue de los elementos psicomotores: la lateralidad, el tono muscular, la independencia motriz, la coordinación, el control respiratorio, el equilibrio, la estructuración espacial y la estructuración temporal. Todos ellos condicionan nuestra manera de estar en nuestro propio cuerpo y en el mundo.
En el caso de los más jóvenes, la práctica del Taiji y del Qigong puede apalancar el asentamiento de los elementos psicomotores que son necesarios para el descubrimiento y conocimiento del propio cuerpo. Entre los adultos estas disciplinas permiten proteger la capacidad funcional del organismo y, en ambos grupos etarios, recuperar y mantener la salud, tanto física como mental.
En el presente artículo abordaremos el tema del esquema corporal.
El esquema corporal. También se le denomina somatognosia o imagen de sí mismo, y de acuerdo a Ballesteros (1982) es la “… representación que tenemos de nuestro cuerpo, de los diferentes segmentos corporales, de sus posibilidades de movimiento y de acción, así como de sus diversas limitaciones.” (c.p. Cobos, 2006, p. 46).
También se le ha definido como una “…organización dinámica y plástica de las sensaciones del propio cuerpo en relación con los datos del mundo exterior, y como núcleo de la personalidad y centro de la relación sujeto-mundo exterior, de cuya riqueza y equilibrio depende la evolución armónica del sujeto en el plano motor, intelectivo y afectivo”. (Gazzano, 1989 c.p. Hernández T., 2011, p. 48).
El esquema corporal se construye lentamente desde el nacimiento hasta la pubertad, a través de un mecanismo que consiste en integrar las sensaciones provenientes del propio cuerpo con la información que se origina en el ambiente, y tiene como objetivo final lograr un ajuste adecuado entre el cuerpo y el medio.
El desarrollo del esquema corporal o imagen de sí mismo es un proceso clave para la organización de la personalidad.
Danderfer y Montenegro (2012), refieren que el esquema corporal se construye en cuatro etapas:
1ra etapa (desde el nacimiento hasta los 2 años de edad): en esta etapa el niño logra de forma progresiva el control necesario para el paso del enderezamiento y movimiento de la cabeza al enderezamiento del tronco, para luego pasar a la posición sedente con la consecuente liberación de las manos. Después, y gracias a la disociación en el uso de los miembros, logra reptar y posteriormente gatear.
Con el gateo aparece la primera emancipación del niño.
2da etapa (2 a 5 años): en estas edades el niño poco a poco consigue aprender a dominar el movimiento de todo su cuerpo, logrando con el paso del tiempo que sus movimientos y desplazamientos sean más precisos y coordinados.
3ra etapa (5 a 7 años): durante este periodo logra mayor desarrollo en el control de su postura y respiración, consigue diferenciar la derecha de la izquierda, así como el movimiento independiente de los brazos con relación al tronco.
4ta etapa (7 a 11 años): en esta última etapa se espera que el niño haya logrado la elaboración definitiva de su esquema corporal, por lo que en consecuencia ya debe estar en capacidad de tener consciencia de las diferentes partes de su cuerpo y saber cómo controlarlas. Gracias a esto se incrementa su autonomía como persona.
En nuestro cuerpo se producen cambios, algunos de estos debidos al paso del tiempo y otros pueden ser producidos por enfermedades o accidentes. En estos casos cabe hablar de “reconstrucción” de la imagen de sí mismo.
De acuerdo a Hernández T. (2011) el esquema corporal facilita la formación de la identidad corporal y de la conciencia corporal. La primera consiste en la Conciencia del “yo” a través del cuerpo, y la segunda, hace posible el elaborar o planificar voluntariamente los gestos, permitiendo controlar y corregir los movimientos.
Identidad corporal Conciencia corporal
Sobre este proceso de construcción y reconstrucción del esquema corporal inciden diversos factores, entre ellos se tienen la maduración neurológica y sensitiva, los procesos perceptivos, cognitivos y práxicos, el desarrollo del lenguaje y, finalmente, la interacción social. (Cobos, 2006). Todos estos factores pueden identificarse en la práctica del Taiji y del Qigong.
Durante la ejercitación de ambas disciplinas están involucrados procesos mentales básicos, como son la sensación, la percepción, la atención-concentración y la memoria, así como procesos mentales superiores, como el pensamiento y el lenguaje. Por otro lado, es desde el marco de la “interacción social” que se preparan y ofrecen las prácticas. Contar con un programa adecuado a las características de los participantes y cumplirlo con la guía de un instructor debidamente formado permitirá que los practicantes obtengan un mayor provecho.
Referencias bibliográfica:
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Berruezo, P. (2008). El contenido de la psicomotricidad. Reflexiones para la delimitación de su ámbito teórico y práctico. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 62 (22,2) , 19-34.
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Cobos, P. (2006). El desarrollo psicomotor y sus desviaciones. España: Pirámide.
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Dandenfer, R. y Montenegro, A. (2012). Breviario. Reseñas, ideas y conceptos de la psicomotricidad. Argentina: Brujas.
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Hernández T., MA. (2011). Psicomotricidad. Propuesta de práctica psicomotriz. Enfoque educativo. Caracas: Texto.
Artículo n° 3
La ansiedad deportiva. Una breve caracterización
Josnil Rojas, julio 2017
(artículo escrito para Nei Dan Magazine, N° 580)
Las artes marciales tienen su origen en el continente asiático e impregnadas por las filosofías Budistas y Taoístas se empleaban para el combate. El trasladado de éstas del hemisferio oriental al occidental trajo como consecuencia la descontextualización cultural de las mismas, pasando a ser consideradas en occidente como “deportes marciales”, ligadas a términos como “competencia”, “ganador” y “lucha” (Foster, 1986 en Columbus & Rice, 1991); mientras que en el oriente, son un complemento físico para las artes médicas y el complemento físico activo de las artes meditativas (Reid, 1989), llegándose a considerar que la práctica de las artes marciales promueven conductas beneficiosas para el desenvolvimiento cotidiano: auto-control, incremento del darse cuenta de la realidad interna y externa, incremento de la auto-confianza, de la auto-eficacia y de la auto-estima (Armas, 1996; Quam, 1989 en Seitz, Olson, Locke & Quam, 1990).
Entre la gama de artes marciales chinas conocidas ha cobrado gran auge el Tai Chi Chuan, estilo Yang. Este es un boxeo simbólico que en la antigüedad se empleaba para defender la vida del practicante, de su familia y su propiedad (Armas, 1996). En la actualidad, su práctica implica el manejo del pensamiento y del cuerpo, a través de movimientos lentos y fluidos para que la energía fluya alcanzándose así la armonía cuerpo-mente.
La práctica del Tai Chi ofrece la oportunidad de callar, de entrar en contacto con nuestro cuerpo, el cual maneja el lenguaje del silencio lleno de sentimientos, emociones y sensaciones que expresan nuestra esencia de seres humanos. El contenido afectivo y cognitivo presente en nuestro interior puede ser a veces armónico y otras veces no, dando origen al combate interno, y este necesario combate se producirá en el momento en que el ejecutante tome consciencia de los mensajes que recibe de su cuerpo y pueda acertadamente traducirlos, logrando así “despertar”.
Pese a todo su bagaje filosófico y de ser actualmente un camino para incrementar el bienestar físico, mental y espiritual, el Tai Chi, así como otras artes marciales, ha sido introducido al terreno de los encuentros deportivos.
Una competencia de Tai Chi puede ser percibida con mentalidad oriental u occidental. Desde lo oriental se trata de una oportunidad para enfrentar los propios miedos, por ejemplo a ser evaluado por criterios externos, es decir, se trata de una ocasión para hacer que el centro sea uno y no los demás, mientras que desde lo occidental se violenta la filosofía que sustenta a esta disciplina, se compite contra el “otro”, la humildad se debilita, y el ejecutante puede llegar a experimentar ansiedad deportiva.
Todo escenario de competencia, independientemente del área o aspecto de la vida donde se produzca, genera inquietud. En el caso de las competencias deportivas se habla de ansiedad deportiva o competitiva, y ésta ha sido definida como la tendencia a percibir las situaciones competitivas como amenazantes, debido a la anticipación de una pobre ejecución, y a responder con sentimiento de aprehensión o tensión (Martens, 1977 en Halvari & Gjesme, 1995; Felsten & Wilcox, 1992).
La ansiedad deportiva suele ser abordada a la luz del enfoque multidimensional de la ansiedad, según éste la ansiedad competitiva es de naturaleza multidimensional y presenta dos componentes, el somático y el cognitivo.
La ansiedad somática consiste en la manifestación física de la angustia a través de la tensión muscular, presentando como antecedentes pensamientos de corta duración y condicionados, es decir, que se disparan al entrar en el ambiente de competición y debería desaparecer una vez que la ejecución ha comenzado (Jones, 1995; Hardy, 1992; Whelan, Mahoney & Meyers, 1991).
La ansiedad cognitiva está tipificada como preocupaciones, auto verbalizaciones e imágenes negativas, así como expectativas negativas acerca de la ejecución, todo esto condicionado por el nivel de autoconfianza, las expectativas de éxito y las percepciones que se tienen de la habilidad propia y de los oponentes (Lane, Rodger & Karageorghis, 1997; Jones, 1995; Terry, Coakley & Karageorghis, 1995).
Se ha encontrado como principal componente cognitivo de la ansiedad deportiva el miedo al fracaso y, como principal componente somático, la respuesta “fight-fligth” o respuesta de “lucha-huida”.
Investigadores han reportado que la ansiedad somática (asociada a las respuestas fisiológicas) es una respuesta puntual que se genera cuando el atleta ingresa al lugar de la competencia, mientras que la ansiedad cognitiva se prolonga en el tiempo, comenzando a manifestarse desde dos semanas antes del evento deportivo, manteniéndose generalmente estable durante el desarrollo del mismo, hasta una vez concluido el mismo, por lo que esa dimensión cognitiva-emocional no debe escapar de un programa de preparación deportiva. Todo el entrenamiento físico y la preparación técnica llevada a cabo pueden derrumbarse ante un estado emocional mal canalizado.
La ansiedad deportiva puede ser experimentada antes, durante y después de un encuentro deportivo (Halvari & Gjesme, 1995).
-Etapa de pre-competición: en esta etapa la ansiedad puede agudizarse de 24 a 3 horas antes del evento.
-Etapa de competición: en relación a la ansiedad durante la competición, y su relación con el nivel y calidad de la ejecución, los estudios han arrojado hallazgos contradictorios. En algunos casos se ha encontrado que las personas con un alto nivel de ansiedad tienen un mayor número de errores que aquellos con bajo nivel de ansiedad, en otros, no se han apreciado diferencias significativas en la ejecución de personas con bajos y altos niveles de ansiedad, y finalmente, en la práctica se ha comprobado el modelo de la “U” invertida de Yerkes y Dodson (1908). Según este modelo existe un punto óptimo de rendimiento el cual está en función del nivel de motivación existente en el individuo. Si la motivación es baja o exagerada las ejecuciones son pobres o inadecuadas, no así si el nivel de motivación se encuentra en un punto medio.
-Estas inconsistencias en los hallazgos podrían deberse a fallas metodológicas, pues cada deporte posee sus propias fuentes de angustia y por lo tanto, los resultados no deben generalizarse a todas las actividades deportivas. También hay que considerar las características individuales como edad, sexo, desarrollo cognitivo, rasgos de personalidad, entre otros. Todos estos elementos apuntan hacia la importancia de abordar la ansiedad deportiva de forma idiográfica.
-Post-competición: se produce una vez concluida la participación, cuando el resultado de la ejecución ya es conocido. El deportista en este momento hace evaluaciones de su actuación acompañadas por respuestas de satisfacción o de insatisfacción. El éxito o fracaso percibido genera estados de ansiedad o de emocionalidad. Halvari & Gjesme (1995), encontraron que los puntajes de ansiedad precompetencia obtenidos por un grupo de deportistas se elevaron después de la competencia.
Los síntomas cognitivos y somáticos experimentados por un competidor se presentan dentro de un continuo debilitativo-facilitativo, influenciado éste por la dirección que la persona dé a su ansiedad. Dos competidores pueden estar reportando los mismos síntomas fisiológicos antes de un evento y sin embargo, cada uno darle una interpretación distinta, uno de manera facilitativa, favoreciendo su ejecución y el otro de forma debilitativa, entorpeciendo el alcance de su meta (Jones, 1995). Nuevamente, se presenta una evidencia de que la dimensión cognitiva-emocional es una variable mediadora que al ser controlada adecudamente puede ayudar al competidor a lograr una óptima ejecución.
Con relación a las fuentes de ansiedad, los deportistas han reportado diversos orígenes de la misma, entre ellos se señalan el miedo a fallar, la evaluación social (particularmente la proveniente del entrenador), la poca preparación y el no tener control sobre el ambiente (Hardy,1992). Además de estas fuentes existen otras ligadas al tipo de deporte, a la edad y sexo del ejecutante, a la experiencia previa en competencias y si la participación es grupal o individual (Lane, Rodger & Karageorghis, 1997). Por ejemplo, un estudio reveló que la preocupación por la evaluación social del entrenador es muy común entre deportistas novatos, lo que el entrenador diga y piense produce preocupación, así como pérdida de habilidad para la ejecución (Hardy, 1992). Con respecto al sexo, se ha encontrado que en los hombres la ansiedad está influenciada por la percepción de triunfo o derrota, mientras que en las mujeres está más influenciada por la importancia de la buena ejecución en relación a sus ejecuciones previas, es decir que los primeros tienden a comparar sus ejecuciones con otros mientras que las segundas lo hacen consigo mismas (Lane, Rodger & Karageorghis, 1997).
Antes y durante una competencia se generan una serie de cambios somáticos y emocionales mediados por variables como el foco de atención, destrezas de afrontamiento, complejidad de la tarea, familiaridad con la tareas y nivel de destreza del atleta (Hardy, 1992; Whelan, Mahoney & Meyers, 1991). Cada uno de estos aspectos deben ser maximizados de acuerdo a las características propias del deportista y del deporte que practica.
Dentro de las teorías consideradas para abordar los periodos de ansiedad se encuentra la Teoría de la Autoeficacia de Bandura, coincidiendo algunos investigadores deportivos en señalar que la auto-confianza es un predictor importante de la ejecución. Bandura (1977 en LaGuardia & Labbé, 1993), expresa que los estados de expectativa sobre la eficacia personal están basados en las ejecuciones pasadas propias, en experiencias vicarias y en el grado de excitación emocional experimentado por la persona, por lo que estos datos deben ser combinados para elaborar una representación más exacta de las expectativas de eficacia en eventos específicos. Las expectativas conforman un mecanismo anticipatorio que permite prever resultados, y en la medida que éstas se cumplan las conductas de la persona se fortalecen.
Entre las intervenciones o técnicas empleadas para regular o controlar las reacciones cognitivas y somáticas se tienen, desde la propuesta de Bandura (1987), el aprendizaje por experiencia directa y el aprendizaje vicario. A través de la primera, la persona al actuar recibe una respuesta corrrespondiente de su entorno, pasando a establecer una asociación entre la acción y la reacción, sin llegar a producirse ésta de manera automática, primero se realiza un procesamiento cognitivo de la información. Mediante la segunda forma de aprendizaje se observan las consecuencias de los actos emitidos por otras personas, e igual que en aprendizaje por experiencia directa, se establece una relación entre las respuestas y las consecuencias. Además aquí se adquiere aprendizaje afectivo porque en el observador se producen reacciones emocionales acordes con las emociones manifestadas por el modelo observado.
Cuando en el entrenamiento de auto-control se emplea el aprendizaje vicario hay que considerar los atributos del modelo, éste debe manifestar competencia en sus actos y es recomendable que se asemeje al observador. También hay que tomar en cuenta las características del observador, ya que éstas lo hacen más o menos sensible a las influencias del modelo (Bandura, 1987).
Otras intervenciones que se han aplicado desde otras posturas teóricas, son el entrenamiento en relajación progresiva, la distracción cognitiva, el biofeedback o retroalimentación y el entrenamiento en inoculación del estrés. De acuerdo con el modelo de multiprocesos, algunos tipos de técnicas para manejar la ansiedad son más efectivas que otras. Por ejemplo, se sabe que el entrenamiento en relajación reduce la ansiedad somática y que el control de pensamientos reduce significativamente la ansiedad cognitiva. También, que para reducir la ansiedad cognitiva pre-competencia resultan efectivas la distracción de la atención y la concentración, y que para reducir la ansiedad somática ayuda la visualización o ensayo mental (Terry, Coakley & Karageorghis, 1995).
En el caso del Tai Chi, resulta interesante ver que algunas técnicas ideadas para el control de la ansiedad competitiva forman parte de su práctica.
Por ser una forma de meditación de movimientos suaves y fluidos lleva implícito el control de la respiración y de la tensión muscular, siendo la primera una forma de reducir la ansiedad cognitiva a través de la distracción de la atención y la segunda, una forma de reducir la ansiedad somática.
Debido a que las figuras que conforman los esquemas son representaciones de elementos de la naturaleza o de acciones cotidianas se hace uso de la visualización para reproducirlas. Entre esas figuras se tienen por ejemplo “acariciar la crin del caballo”, “la serpiente se arrastra”, “la grulla blanca extiende sus alas”, “abrir la ventana”, “las manos tocan el laud”, “agarrar la pelota”, entre otras.
Visto así se podría concluir dos cosas, por un lado, que en el caso de un practicante de Tai Chi con ansiedad deportiva ya existen técnicas de autocontrol, las cuales solo requerirían ser potenciadas y ajustadas a las manifestaciones de ansiedad particulares del ejecutante y, por otro, que la práctica del Tai chi favorecería a deportistas de otras disciplinas, sería un complemento que aportaría elementos para gestionar sus angustias antes, durante y después de un evento deportivo.
Referencias bibliográficas
Armas, J. (1996). La práctica del Taijiquan: sus efectos sobre la salud, la prevención y resistencia a la enfermedad. 1er curso nacional teórico-práctico. Aplicación clínica y social de la Psiconeuroinmunología. Caracas: Fundasinein.
Bandura, A. (1987). Pensamiento y acción. Barcelona: Martínez Roca.
Columbus, P. & Rice, D. (1991). Psychological research on the martial arts: An addendum to Fuller´s review. British Journal of Medical Psychology, 613-618.
Felsten, G. & Wilcox, K. (1992). Why is life stress ignored in studies of "stress" and athletic performante? Perceptual and Motor Skills, 74, 800-802.
Halvari, H. & Gjesme, T. (1995). Trait and state anxiety before and after competitive performance. Perceptual and Motor Skills, 81, 1059-1074.
Hardy, L. (1992). Psychological stress, performance, and injury in sport. British Medical Bulletin, 48, 2, 615-629.
Jones, G. (1995). More than just a game: Research developments and issues in competitive anxiety in sport. British of Psychology, 86, 449-478.
LaGuardia, R. & Labbé, E. (1993). Sel-efficacy and anxiety and their relationship to training and race performance. Perceptual and Motor Skills, 77, 427-433.
Lane, A., Rodger, J. & Karageorghis, C. (1997). Antecedents of state anxiety in Rugby.Perceptual and Motor Skills, 84, 427-433.
Reid, D. (1989). El Tao de la Salud, el Sexo y la Larga Vida. Barcelona: Urano.
Seitz, F., Olson, G., Locke, B. & Quam, R. (1990). The marcials arts and mental health: challenge of managing energy. Perceptual and Motor Skills, 70, 459-464.
Terry, P., Coakley, L. & Karageorghis, C. (1995). Effects of intervention on precompetition state anxiety in elite junior tennis players: the relevance of the matching hypothesis. Perceptual and Motor Skills, 81, 287-296.
Whelan, J., Mahoney, M. & Meyers, A. (1991). Performance enhancement in sport: a cognitive behavioral domain. Behavior therapy, 22, 307-327.
Artículo n° 4
CÓMO TRABAJAR LOS ASPECTOS INTERNOS DEL T´AI CHI
Por: Dr. Paul Lam
(Artículo traducido por Josnil Rojas para Nei Dan Magazine, N° 595)
INTRODUCCIÓN
El T´ai Chi es un arte interno. Ser interno puede significar distintas cosas para diferentes personas. En este artículo intentaré definir diferentes aspectos de los componentes internos y discutir algunos métodos para favorecerlos.
Me gusta pensar lo interno bajo tres categorías: el cuerpo, la mente y el espíritu. El cuerpo interno comprende los órganos, las articulaciones y los ligamentos, el Chi (1) (energía vital) y el Chin (2) (la fuerza); la mente es la conciencia, los procesos cognitivos (pensamiento); y el espíritu es la parte inconsciente de la mente.
El T´ai Chi disciplina para integrar estos tres componentes, sin embargo al mismo tiempo necesitamos separarlos con el objeto de trabajar cada uno de estos aspectos de forma individual. Esto facilita el trabajo sobre un pequeño componente por vez.
EL CUERPO. Órganos internos, articulaciones y ligamentos
Cuando practicamos T´ai Chi, todos los órganos internos, articulaciones y ligamentos están involucrados y son ejercitados. La técnica de respiración es una parte importante del T´ai Chi, la cual ejercita y expande la capacidad pulmonar, mejorando así su funcionamiento.
La técnica de respiración es también la base del Chi Kung.
La respiración debe ser lenta, estable y continua, acompañando, simultáneamente, los movimientos de T´ai Chi que se van realizando. Usted debe usar el diafragma tanto como le sea posible. Su respiración no debe ser forzada y debe seguir un grupo de reglas generales que presento a continuación.
Usted inhala cuando:
Ejecuta movimientos de cierre, como cuando trae sus manos hacia el cuerpo. Un ejemplo es traer sus manos para comenzar el movimiento de “Cepillar la rodilla” del estilo Yang.
Hace el movimiento de manos ascendentes, por ejemplo el movimiento de inicio de varios estilos.
Realiza un movimiento insustancial, cuando retrocede para “Agarrar la cola del gorrión” del estilo Yang.
Almacena la energía; por ejemplo, mover las manos hacia atrás antes de lanzar un puño.
Usted exhala cuando:
Realiza movimientos de apertura. Por ejemplo, cuando empuja con su palma derecha al finalizar el movimiento de “Cepillar la rodilla” del estilo Yang.
Mueve las manos hacia abajo.
Ejecuta movimientos sustanciales. Por ejemplo, haciendo el empuje de retroceso en el movimiento de “Agarrar la cola del gorrión”, del estilo Yang.
Libera fuerza: por ejemplo, al lanzar un puño.
Respiración diafragmática. Existen dos maneras de respirar usando el diafragma, describiré ambos métodos a continuación:
Método de respiración abdominal: Imagine cómo el aire viaja a través de su nariz, desciende por la tráquea (vía aérea de los pulmones), llena sus pulmones y luego el abdomen, su estómago se extiende con el aire, haciendo que su abdomen se expanda hacia abajo.
Luego al exhalar, el estómago se contrae, usted puede mentalmente imaginar el aire viajando por su estómago, pulmones, tráquea y finalmente a través de su nariz. (Naturalmente el aire no entra a su estómago. Esto es un método que usa la imaginación guiada para ayudarle a utilizar su diafragma y abrir más espacio al aire en sus pulmones).
Método de respiración abdominal inversa: Usando la misma imagen, deje que el aire pase al abdomen, cuando respira con la parte superior del abdomen (donde está el estómago) éste se expande y la parte inferior del abdomen se contrae. Al exhalar (que a menudo es más rápido cuando se administra fuerza), la parte superior del abdomen se contrae (3) y la parte baja del abdomen se relaja. (3) Este es un método más avanzado, especialmente bien adaptado por el estilo Chen
A un nivel profundo. La respiración está relacionada con la transformación de lo circular y lo cuadrado, el cambio de lo suave y lo fuerte. Esto es más evidente en el estilo Chen. Estos cambios pueden ser muy cercanos (en términos de tiempo) uno de otro.
Por ejemplo, cambiar lo suave es circular; cuando usted en una posición aventajada toma provecho y rápidamente librera fuerza (Fa Chin), esta fuerza es fuerte como un cuadrado. Cuando la fuerza (Chin) se mueve en espiral, es circular, y cuando abre hacia arriba o libera, es cuadrada. Estos cambios pueden ser completamente sutiles: con una curva podemos buscar una recta. La fuerza está almacenada (círculo) con el objeto de liberarla (cuadrado). Así cuando inhalamos, continuamente almacenamos energía en una curva, guardándose en diferentes partes del cuerpo como un círculo.
Cuando exhalamos, diferentes partes del cuerpo se estiran como un cuadrado. La inhalación y la exhalación pueden ser seguidas, una cercana a la otra; a veces en una rápida inhalación y exhalación, el resultado de un duelo queda determinado.
El beneficio de los métodos de respiración: El beneficio que se persigue al ejercitar los pulmones es incrementar su capacidad. Usando el diafragma se puede abrir más espacio en los pulmones, el cual no es utilizado en la respiración normal, lo cual mejora la relajación.
Sabemos que la respiración está estrechamente relacionada con el estado mental. Por ejemplo, si está excitado o nervioso, su respiración es rápida y corta, y si está concentrado en una respiración lenta y profunda, alcanzará la calma.
La respiración suave y profunda hace presión en la cavidad torácica; la presión masajea suavemente el corazón. La respiración profunda también hace presión indirecta en la cavidad abdominal, causando un efecto de masaje similar en los intestinos y el estómago.
Al mismo tiempo, todos los otros órganos internos están involucrados. Mientras el corazón tiene un suave ejercicio de entrenamiento, el estómago y las endocrinas (órganos que segregan hormonas, por ejemplo, el páncreas que segrega insulina, etc.) también están siendo trabajadas.
Nosotros tenemos dos sistemas nerviosos complementarios en nuestro cuerpo, el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El sistema simpático segrega hormonas estimulantes, tal como la adrenalina, la cual, a largo plazo, puede ser dañina para el cuerpo.
Estas secreciones se producen cuando está nervioso, estresado o asustado, etc. El sistema parasimpático tiene la función de calmar y sanar, y es estimulado por ejercicios suaves como el T´ai Chi.
Las articulaciones y ligamentos: Nacemos con varias habilidades naturales y energía interna, pero varias cosas que hacemos contribuyen a perderlas. Por ejemplo, la energía Chi nace con nosotros pero al tensar los músculos, articulaciones y ligamentos la bloqueamos. Sin embargo, solo con relajarnos estos se desbloquean. Nosotros también necesitamos relajarnos para cultivar un Chi fuerte. El estiramiento y la relajación de estas estructuras las harán más elásticas y fuertes, aumentando así el Chin.
El Chi y el Chin. El Chi es la energía vital en usted, y el primer propósito del T´ai Chi es cultivarlo. Al avanzar de nivel en el T´ai Chi, su mente controla el Chi y el Chi dirige el Chin (la fuerza que usted libera). El Chi aumenta por todas las tres categorías de componentes internos; respirar y relajar las articulaciones y los ligamentos son una parte importante de esto.
Métodos para trabajar sobre… Usando la respiración abdominal inversa puede incrementar la posibilidad de “sumergirse en el Chi de su Tantien”. El Tantien es la casa de almacenamiento del Chi y está localizado a tres dedos por debajo del ombligo. Al inhalar, su bajo abdomen se contrae y su alto abdomen se expande.
Así cuando exhala, su alto abdomen se contrae y el bajo abdomen se expande. Al exhalar, el bajo abdomen se expande, relaja el cuerpo en su totalidad y su mente se concentra en sentir el Tantien. Al sumergirse gradualmente en sensaciones pesadas y cálidas estará sintiendo el Tantien. A medida que su práctica mejora sentirá el poder del Chi.
LA MENTE
Una de las singularidades del T´ai Chi es la integración de la mente y el cuerpo. De alguna manera, perdimos algo de la conexión entre la mente consiente y el cuerpo. Al mirarse en el espejo o a través de un video, encontraremos que su cuerpo no siempre hace exactamente lo que su mente piensa que está haciendo.
Necesitamos disciplinar la mente de forma que el cerebro piense y el cuerpo haga en correspondencia.
Claridad mental: El control mental proviene del enfoque mental; cuando su mente se centra en tu T'ai Chi, entonces está claro. Concéntrese y sea consciente de cada uno de sus movimientos, dónde están sus músculos y articulaciones, no solo dónde están los movimientos, y su intención.
Aprender la intención marcial de cada movimiento, permite que su mente se concentre en la intención, así su ejecución será más correcta. Esto gradualmente ayudará a mover el Chi para dirigir la fuerza.
Darse cuenta del ambiente: Trate de extender su conciencia más allá de su cuerpo. Si usted recuerda que el T´ai Chi es un arte marcial, entonces no solo necesita concentración y claridad mental sobre sí mismo; también tiene que estar consciente del ambiente que le rodea.
Lectura del cuerpo: Recordar nuevamente, con el T´ai Chi como un arte marcial, usted tiene que ser rápido para tomar ventaja en una situación favorable, para golpear cuando la oportunidad existe. Si está tenso sus reflejos serán lentos y su Chi y Chin se bloquearan.
Conciencia directa de cada movimiento, fuerza y Chi. Para ser capaz de hacer esto existen tres etapas:
Etapa Uno: Practicar de manera que sus movimientos externos sean correctos en términos de postura, tiempo, dirección de su mirada y respiración.
Etapa Dos: Entender el Chin (fuerza), sentir su fuerza, aprender cómo adherirse a la fuerza de su oponente y cómo usted puede seguir su propia fuerza, redirigirla y liberarla.
Para esto será de gran ayuda usar la técnica de empuje de manos, para sentir y entender la fuerza. Si no tiene un compañero para el empuje de manos podría aprender a imaginar que lo tiene.
Etapa Tres: después de logradas las etapas previas, practique concentrándose en mover el Chi hacia donde está liberando la fuerza. Con práctica llegará a ser natural para usted mover su Chi en dirección a su Chin en cualquier momento.
Métodos para trabajar sobre… Esto le puede ayudar a tener una práctica suave y liberadora. Durante la práctica pensar en su cuerpo, la intención, las articulaciones y los ligamentos. Sentir sus componentes internos, “saborear” y disfrutar la suavidad de sus movimientos. Por pocos días trabajar sobre una cosa por vez antes de pasar al siguiente movimiento.
Alégrese por cualquiera de sus logros; recompénsese mentalmente por cualquier progreso y evite frustrarse por sus aspectos débiles. Presionarse impedirá su progreso, por el contrario el camino del T´ai Chi “va con el flujo de la naturaleza”.
Intente estar consciente de sus articulaciones, que estén relajadas y abiertas, no bloqueadas ni cerradas. Por ejemplo, si usted relaja la articulación del hombro y estira su brazo con suavidad, sentirá una pequeña depresión entre el omóplato y el brazo. Si se tensa, no sentirá esta depresión. Use este concepto para estirar y abrir todas las articulaciones.
EL ESPÍRITU. La mente inconsciente
Yo creo que el espíritu positivo que se siente cuando se practica T´ai Chi es ampliamente controlado por la mente inconsciente. Usted puede conscientemente elevar su espíritu por cierto tiempo, y luego, automáticamente revertir eso. La práctica a largo plazo mejorará la duración y el ejercicio, per se, lo cual puede elevar el espíritu hasta cierto punto.
Sin embargo, y entre paréntesis, la mente mejorará profundamente el espíritu. Mirando varios textos clásicos del T´ai Chi con frecuencia me dan la impresión que los ancianos maestros estaban conscientes de esto, solo que ellos usaban una terminología diferente.
En 1670 Chen Wangting, quien fue aceptado como el principal creador del estilo de Chen T´ai chi, compuso varias rutinas, algunas de las cuales aún hoy son practicadas.
Él fue muy influenciado por un famoso general del Ejército Imperial, Qi Jiguang, quien escribió un importante libro de texto sobre entrenamiento militar, "El boxeo de las 32 formas". Es interesante ver que apelar a la mente inconsciente creando imágenes mentales fuertes y positivas era bastante evidente.
La séptima forma del “Boxeo de las 32 formas” se traduce de modo general así: “Alzando una pierna para preparar un cebo, cuando tu oponente se acerca, arriesga tu patada dos veces sin piedad, sigue con una palma cortada para darle un cielo lleno de estrellas; esta es una habilidad incomparable”. “Patada sin piedad”, “cielo lleno de estrellas” e “incomparable”, ¿estas frases no crean una sensación de invencibilidad en el practicante?
Otro ejemplo, está en la forma 25: “El descenso de dragones al suelo es una forma de usar las extremidades inferiores, golpear con la mano delantera y seguir con el puño rojo (interpretado por el autor como golpear con tanta eficacia que el oponente vomite sangre, por lo tanto el puño se tiñe de rojo).
Puedo usar estos para atacar cuando el oponente se retira, o rápidamente lo uso como una forma de defensa con ataque cuando se precipita hacia adelante”. De nuevo, aparece la misma imagen positiva. Tenga en cuenta que este movimiento es común en todos los estilos de T´ai Chi.
Hay numerosos artículos y testimonios que documentan el inmenso poder de la mente inconsciente. No entraré en esto, sin embargo, asumiendo que ha aceptado que este aspecto es importante, existen métodos para trabajar sobre la mente inconsciente.
Un método de imágenes mentales auto guiadas
En primer lugar, defina el objetivo de practicar la imaginería mental, por ejemplo, puede usted tener algunas formas que les resulten difíciles y que desea mejorar o perfeccionar, o quizás su objetivo es mejorar todo el conjunto de formas de su T´ai Chi, en general, el flujo y la velocidad de su ejecución, o el poder, o tal vez el objetivo es alcanzar la integración total de cuerpo, mente y espíritu.
Es una buena idea establecer un objetivo a largo plazo, por ejemplo, en tres años puede desear alcanzar el objetivo de que el 80% de las veces que practique, sienta que su cuerpo, mente y espíritu están integrados, también necesita un objetivo a corto plazo, por ejemplo, en un mes lograr que el cuerpo se mantenga en posición vertical. Teniendo en mente estos objetivos a corto y largo plazo, planifique con qué frecuencia practicará las imágenes mentales correspondientes.
Además de la práctica física, la ventaja de las imágenes mentales es que funcionan en la inconsciencia y apelan al espíritu y pueden ser efectivas de una manera que muchas veces la práctica física por sí sola no alcanza.
En otras palabras, si bien la práctica física es muy importante, la práctica mental puede ser complementaria. Yo sugeriría dedicar de un 10 a un 20 por ciento de su tiempo de práctica a la práctica mental.
Una vez hecho esto, debe asignar un tiempo dedicando, tal vez de cinco a 10 minutos, o lo que sea realista para usted, para comenzar la práctica de imágenes mentales. Intente pensar en todo de la manera más real posible.
Póngase en su área de práctica normal, sienta el aire en su área de práctica, sienta cada pequeño movimiento, póngase en una situación en la que no sea molestado dentro de esos 10 minutos de práctica.
Ahora trabaje en su objetivo. Si está trabajando en su cuerpo manténgase en posición vertical, sus 10 minutos consistirán en verse realizando un conjunto de formas de principio a fin, preferiblemente en tiempo real. En cada movimiento detallado, se verá a sí mismo y pensará en sí mismo realizando el movimiento con su cuerpo manteniendo su posición erguida.
Ahora, aquí está la ventaja de las imágenes mentales. Puede imaginarse tan perfecto como quiera, porque la parte inconsciente de su cuerpo no sabe si se trata de una situación real o irreal. Su mente inconsciente ha impreso esta imagen de usted siendo perfecto en sus movimientos. Como ya lo discutimos, nuestra mente inconsciente tiene el poder de influir sobre lo que nosotros hacemos. Y si usted practica en su mente inconsciente que sus movimientos son perfectos, cuando ejecute en realidad ejecute las formas le será sorpresivamente fácil mantener su cuerpo erguido.
Sería bueno inculcar este concepto, la actitud mental de practicar T´ai Chi con tranquilidad y un gran espíritu, así como tener confianza y confort mental cuando practicamos. La mayoría de los practicantes se dan cuenta de que adquirir este sentimiento es algo difícil pero cuando lo logramos, este realmente ayuda a mejorar nuestro nivel de T´ai Chi. Esto es porque el inconsciente controla los sentimientos interiores y si podemos establecer una línea hacia la parte espiritual de nosotros, entonces podemos entrenarnos para tener esa tranquilidad, esa claridad mental, esa alta experiencia espiritual positiva. Este sentimiento es ideal para entrenar a través de imágenes auto guiadas.
CONCLUSIÓN
En realidad, lo interno y lo externo son inseparables. Esto ayuda para concentrarse en diferentes aspectos por un período de tiempo y para ser consciente de que básicamente lo interno y lo externo en usted son realmente una unidad integrada. Si no realiza los movimientos del T´ai Chi correctamente concentrado, con la mente consciente y con el espíritu correcto, entonces lo que usted proyecte externamente (su apariencia externa) no será la mejor.
Debo enfatizar que algunos elementos de los aspectos internos podrían sonar fáciles, pero llegar a un alto nivel en ello podría llevarle un largo tiempo de su vida. Necesita ser paciente, permitirse tiempo para trabajar sobre cada paso por separado.
Recuerde que en el T´ai Chi no existe la perfección, pero disfrutará el proceso de llegar a donde desee.
Artículo publicado en: T´AI CHI. THE INTERNATIONAL MAGAZINE OF T´AI CHI CH´ UAN. Año 2000, Vol 24, n° 5, pp. 53-56.
Notas:
(1) y (2): Notas del Traductor: "Chi" (1) (Wade-Gilles) / "Qi" (Pinyin), "Chin" (2) / (Wade-Gilles) "Jin" (Pinyin). "Jin: En las artes marciales chinas (Wushu/Kung Fu), el poder que se deriva de los músculos que han sido cargados de energía por el Qi a su máximo potencial"(Yang Wing Ming).
(3) Nota del traductor: en el original dice que la parte superior del abdomen se relaja cuando debe decir que se contrae. En el original dice que la parte baja del abdomen se contrae o deprime cuando en realidad debe decir que se relaja (al exhalar).